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miércoles, 5 de noviembre de 2014

Homeopatía en situaciones límite  

 





La Homeopatía UNICISTA es una medicina de prevención y de curación. Quien se acerca a ella puede alcanzar una situación de total equilibrio energético, de tal modo que, ante cualquier adversidad, esa persona reacciona de manera mucho más saludable, sin enfermarse.
Es necesario considerar y comprender la profunda acción de los medicamentos homeopáticos que no solamente comprende un plano físico (como la medicina convencional), sino que a la vez llega a lo emocional propiciando el más completo y eficaz rescate jamás visto.
Si nos preguntásemos cuales serían las indicaciones de la homeopatía, podríamos responder: “todo lo que le suceda a la persona”.
Así, la Homeopatía es una Medicina hecha para la persona, y no cubre “por partes” ni especializándose mecánicamente en sectores, ya que entiende que el ser humano no es un robot que necesite un service periódico de sus diferentes sistemas funcionantes.
El ser humano es una totalidad, en cuerpo, mente y espíritu. Y con esa filosofía se encaran los problemas a fondo en el unicismo.
Hablamos de unicismo, entendido como “la manera más clara y precisa de adaptarse por completo a la individualidad y las necesidades de cada ser humano”. Se utiliza en la preparación de sus remedios una sustancia simple y única, y no una “parafernalia química disfrazada de píldoras”.
Como decíamos, si tenemos mejor equilibrada la energía vital de modo preventivo, las cosas irán mucho mejor.
Pero cuando los problemas ya están instalados y generan el conflicto, la acción curativa de esta medicina es contundente.
Como la Homeopatía unicista actúa siempre, ante una situación desesperante, esta Medicina se constituye en un verdadero remedio de rescate de toda emergencia (física y/o emocional).
Existen diversas situaciones que llevan a stress, angustia y desesperación, algunas son: una separación o divorcio, la muerte de un ser querido o familiar directo, una enfermedad grave de una persona conocida, o amiga, o de la propia persona, la pérdida de un embarazo o la espera de un bebé que ya se sabe que está enfermo, un hijo drogadicto, un esposo alcohólico, y muchas más.
Veamos en qué consiste este rescate, y cómo actúa la medicación homeopática.
Sólo van a incluirse algunos medicamentos y algunos síntomas a modo de ejemplo.


ANGUSTIA Y DESESPERACIÓN
 

En el extremo de la ansiedad, puede sobrevenir una sensación de peso o cierre en la garganta, con desesperación y angustia.
A veces, todo comienza con un malestar inespecífico, la persona puede decir que algo le pasa, o que no se siente bien, pero no sabe definir a ciencia cierta qué es lo que verdaderamente le ocurre... simplemente algo no anda bien...
La Homeopatía Unicista define ansiedad como una inquietud del estado de ánimo o perturbación agitante, tensión nerviosa o especie de presagio constante de que algo está por suceder...
Se dice que, si la ansiedad se profundiza, se convierte en temor, y si éste persiste va a su grado máximo que es el terror...
Veamos algunos ejemplos de síntomas homeopáticos reflejados en la descripción sintética de cada remedio:

Aconitum

Vive su vida con gran ansiedad, con pensamientos que giran alrededor de la muerte, de "su muerte"; la presiente, predice el momento en que va a suceder; hay verdadero terror a morir.
Terrible ansiedad, especialmente de noche, y que acompaña con escalofríos, fiebre o dolores como cefaleas. Ansiedad con miedo.
Intensa inquietud, con gran ansiedad; constantemente da vueltas en la cama o salta de ella.
Puede enfermarse a partir de un susto.
Es muy sensible a los ruidos, a la luz, a la música (que lo entristece), y a los olores fuertes o desagradables.
Es irritable, violento, con gran excitación nerviosa. Trastornos provocados por ira, con ansiedad y con susto.


Belladona

Gran ansiedad, con excitación que lo vuelve violento, llega a hacer cosas extrañas en un estado fuera de sí: pega, muerde, desgarra.
Puede tener fiebre y calmarse comiendo un alimento liviano.
Lo acompañan pesadillas y pensamientos angustiosos. Ansiedad, miedo, delirio, angustia.
Aunque algunas veces esté menos violento, sentado en su cama o acostado, igualmente desgarra todo cuanto alcanza.
Su cara está roja, sus pupilas dilatadas, hay congestión de la cabeza.

Calcárea carbónica

Un buen número de temores y ansiedades lo afligen: miedo a morir (peor al anochecer) y a morirse de hambre; a que la gente observe o se dé cuenta de su confusión o de su condición o estado mental; miedo a las enfermedades, sobre todo contagiosas o epidémicas, a la tuberculosis y a las enfermedades cardíacas o a tener una enfermedad incurable, con gran ansiedad por su salud; a la oscuridad (que lo agrava)
y a todo lo que esté relacionado con ella (al crepúsculo, al anochecer y de noche) con miedo antes de dormir o al ir a dormir y al despertar (terrores nocturnos).
Miedo a volverse loco; al demonio, al mal; a que le pase algo terrible; a la soledad (de ahí su deseo de compañía); a la pobreza, en relación con su ansiedad por el futuro; a su propia sombra; a los animales, a los perros; a la cama; durante el escalofrío; a las multitudes y a los lugares públicos (agorafobia); de ir al dentista; de caerse; a fantasmas; a los dolores; a la gente; a tener un acceso de ira; a ver heridas; a las tormentas; con temblores.
Los miedos salen del estómago o los siente en él.
Tiene la característica de ser muy terco y obstinado. Es muy sensible al relato de hechos horribles, y no puede ver cine de terror, ya que después sueña pesadillas.
Su ansiedad llega a un grado tal que queda sumido en una total desesperación.
Puede ser muy friolento y de movimientos pausados, lentos. Se toma su propio tiempo para todo.

Calcárea arsenicosa

Es una persona sumamente sensible, a tal punto que, la más leve emoción le produce violentas palpitaciones y taquicardia.
Tiene gran depresión mental, con tristeza y cansancio de vivir.
Miedo a morir; a estar solo; a la noche; a la oscuridad; a perder la razón. Muy preocupado por el futuro, por su salvación; al anochecer, de noche en cama, al despertar. Gran inquietud, peor de noche.
Quiere estar acompañado.
Se enoja, sobremanera, y se enferma por enojos. Se ofende fácilmente. Critica todo, censura todo. Es dañino y perverso

Causticum

Vive rodeado de temores: a morir; al anochecer, en el crepúsculo; de la
noche, sobre todo estando solo; a los ruidos (peor de noche, y a los de la calle); a la oscuridad; a los fantasmas y cuando está por ir a la cama; al cerrar los ojos; en la multitud; de comer; a las desgracias; a sótanos; a la gente, a los extraños. También hay miedo a los animales, especialmente a los perros, y siempre está anticipando algún suceso, que le causa miedo.
Es comúnmente una persona melancólica, triste, taciturno, infeliz; ve el lado oscuro de las cosas; es pesimista, desesperanzado, especialmente de noche y antes o durante la menstruación. Está triste día y noche, y llora muy fácilmente, no pudiendo contener su llanto, aún por pequeñeces; durmiendo o durante y después de una convulsión; con ansiedad.
Demuestra una intensa simpatía, y se compadece, por el sufrimiento de
otros, aunque no los conozca, y llega a llorar.
Se enferma por trastornos de origen emocional: por tristezas y penas prolongadas; por la muerte de un hijo o de padres o amigos; por emociones bruscas; por preocupaciones; por susto (se asusta fácilmente); por miedo; por excesiva alegría; por pensar en sus molestias; por ira o vejación; por amor no correspondido; por nostalgias; por anticipación; por erupciones o hemorroides suprimidas. (hemorroides que fueron operadas en casos en los que se podía esperar, no complicadas).
Vive con marcada ansiedad la mañana, el despertar, el anochecer y la noche en la que se refugia en su cama, con gran miedo.
Padece sentimientos de culpa. La ansiedad se acentúa o aparece después de comer, o cuando hace esfuerzos inútiles para mover el vientre o después; al dormirse.
Es propenso a censurar, criticar; es orgulloso; trata de contradecir; es suspicaz, desconfiado y se ofende fácilmente.
Es sumamente sensible a los ruidos, los que, además de darle miedo, lo sobresaltan.

Metalum album

Es una persona sumamente inquieta y agitada. Vive así en permanente estado de alarma, muy evidente para los que lo rodean, que lo obliga a cambiar constantemente de posición y de lugar; lo hace dar muchas vueltas en la cama, salir o saltar de ella, ir de una cama a la otra o volver a la cama y salir de ella varias veces, sobre todo después de la medianoche, y, también lo induce a caminar rápido. "No puede descansar en ningún lugar, cambia continuamente su posición en la cama, va de una cama a otra, y se acuesta aquí, y allá.
La inquietud es muchas veces pasiva únicamente por su gran agotamiento siendo mentalmente inquieto, pero físicamente muy débil para moverse.
La ansiedad es marcadísima, y está casi siempre íntimamente asociada a la inquietud y al miedo, manifestándose en una expresión ansiosa o acongojada, angustiada, acentuándose de noche, especialmente después de medianoche, alcanzando el máximo de intensidad a las 3 a.m., con verdaderos "ataques de ansiedad que lo sacan de la cama".
Aparece esta actitud mental, o se agrava, en la cama o estando solo, con los dolores, cefaleas, escalofríos o fiebre; por cualquier circunstancia, aún la más insignificante; preocupándose por otros; cuando se espera algo de él; durante el sueño o al despertar después de haber tenido una pesadilla. Su ansiedad se alivia por el movimiento, así como, por el contrario, se agrava por un empleo sedentario, y puede ser de aparición periódica y a menudo de tono hipocondríaco, pero subyacentemente, o muchas veces en forma plenamente consciente, equivocada o no, existe como base o punto de partida de la ansiedad un intenso sentimiento de culpa que le hace reprocharse y tener remordimientos en forma muy acusada.
Terrible temor a morirse, que está peor estando solo, sobre todo al anochecer en la cama.
Miedo de morir “de un ataque”. Desespera de curar, "piensa que es inútil tomar medicamentos, que es incurable, y seguramente va a morir"
No puede tolerar que haya cosas fuera de su lugar habitual. Es excesiva y obsesivamente ordenado al grado del más mínimo detalle, siendo pulcro, ordenado, escrupuloso, hasta riguroso o puntilloso, aun en problemas o aspectos insignificantes de la vida corriente, lo que lo convierte en un individuo pesado, fastidioso, que constantemente reprocha a los demás.
Puede pasarse el día hablando de la muerte, ya que es un tema que lo obsesiona, día y noche. Sobre todo de noche.
Es avaro, envidioso, criticón, despreciativo, desconfiado, con tendencia a blasfemar y a contradecir, perverso, calumniador, gruñón, rencoroso; no tolera que le hablen, que lo miren ni que lo toquen.
Puede vivir cansado de la vida, o enojado de modo persistente.
Es sumamente friolento, pero tiene sed de aire libre, pudiendo dormir con ventanas abiertas.
Como vive tan aceleradamente, su metabolismo lo acompaña, y puede lucir flaco, como un esqueleto andante.
Está cansado y todo esfuerzo físico lo agota aún más.

Anacardium

Se puede usar este remedio en personas que padecen de brusca pérdida de memoria, especialmente en ancianos o después de un surmenage por un largo y penoso trabajo cerebral.
El paciente está muy alterado y preocupado por su falta de memoria, porque está confuso y no puede atender sus ocupaciones; todo parece ser un sueño o algo irreal. Se olvida de todo, y al tomar conciencia de eso, pierde el apetito. Olvidadizo, especialmente de mañana.
Siente como si tuviera una doble personalidad, como si en su mente actuaran dos voluntades contradictorias y opuestas entre sí: una que le ordena hacer lo que la otra le prohíbe, una que le aconseja el bien y la otra el mal, o en un oído o sobre un hombro un diablo y en el otro un ángel que lo aconsejan.
Tiene ilusiones íntimamente relacionadas con esta sensación: que está bajo un control sobrehumano, que su mente y su cuerpo están separados, que alguien está detrás de él o a su lado, que está poseído por el demonio.
Pasa por una imperiosa necesidad de mal decir, blasfemar, con lenguaje violento, grosero y procaz. Jura e insulta.
Es cruel, perverso, dañino, odia a veces con escaso o ningún motivo; es vengativo, rencoroso.
Áspero, malhumorado, violento, a veces con deseos de matar; no tolera la contradicción, toma todo a mal, pero tiene tendencia a contradecir.
Tiene una total falta de sentido moral; se ríe de cosas serias y está serio frente a cosas alegres.

Es una persona muy desconfiada. Y vive algo confuso, entre dos mundos que se contradicen entre sí.
Puede vivir como apartado de la sociedad, como un verdadero ermitaño.
Es muy peleador y cabeza dura.

Argentum Nitricum

Constituye una de las personalidades más miedosas de nuestra Materia Médica.
Se trata de personas que podrán a veces ser extrovertidas, alegres, muy impresionables. Su mente y sus emociones son de difícil control. Ríen y lloran, y pierden la paciencia con facilidad. Su ansiedad y preocupación son constantes.
Algunos temores son hasta irracionales, como a morir aplastados por un edificio alto, o de saltar impulsivamente desde una gran altura.
Tienen miedo a todo y a todos. Miedo a salir de su casa, miedo a caminar por la calle, miedo a mirar los edificios, porque siente cierta conexión con las aristas de sus vértices, lo cual le lleva a la espantosa sensación de que se les vendrán encima. Tiene miedo de todo lo que está por ocurrir, en ese sentido vive su futuro inmediato con gran preocupación y ansiedad. Muchos días antes del gran "evento", transpira, tiene palpitaciones, mareos, no puede dormir, va muchas veces al baño. Esto se conoce en Homeopatía Unicista con el nombre de "anticipación".
Teme hacer algo, porque seguramente, según él, va a fracasar, y por lo tanto no emprende nada. Miedo a la gente, al encierro, a estar solo, a pasar por determinados lugares, a las esquinas, a las paredes de las casas.
Está muy apurado, y vive su vida con gran apresuramiento, y precipitación, llegando bastante antes a cualquier cita.
Tiene ciertas ideas en torno a la muerte, es uno de los medicamentos aplicables para quienes saben qué día y a qué hora les va a tocar.
A las 11 de la mañana, le agarra hambre, con gran ansiedad en las piernas.
Tiene un gran deseo de comer dulces, tanto que mastica azúcar. Dolores como espinas o astillas de madera. Tienen gran deseo de aire libre. Y de sal, también.

Bismuthum

La soledad le es insoportable; desea compañía. Vive con angustia, ansiedad, con necesidad de moverse; se sienta, camina, se acuesta, se levanta, nunca está mucho tiempo en un lugar. La extrema inquietud lo saca de la cama.
Se queja permanentemente de su condición. Está descontento.
Inestable, emprende muchas cosas y no persiste en ninguna; inconstante.
No le interesa la moral, es insensible. Está desesperado y en un extremo puede hasta dormirse o perder la conciencia.

Árnica

Puede afirmar obstinadamente que se siente muy bien, aunque en realidad está muy enfermo o grave; no tiene clara conciencia de su verdadero estado y dice que no le pasa nada, que está bien, que él no está enfermo y que, por ese motivo, el médico no tiene nada que hacer allí, y lo manda a su casa.
Teme que se le acerquen y que lo toquen. Llega a tal extremo en esos temores que prefiere que lo dejen solo, por una razón mental no quiere entablar conversación y por una razón física no quiere ser tocado, teme al contacto.
Se olvida de las palabras y de lo que va a decir, mientras habla. No recuerda ni lo que ha dicho ni lo que va a decir; o se equivoca al hablar, colocando mal las palabras o usando palabras equivocadas. De ahí el rechazo a la conversación y también a contestar; lo irrita que lo interroguen.
Temor a los lugares públicos; de que las paredes y edificios altos le caigan encima.
Sueño agitado, se despierta bruscamente, con gran terror, y se lleva la mano al corazón: lo despierta el miedo a morir bruscamente, con sensaciones precordiales que le hacen pensar que tiene una enfermedad en el corazón, sin tener realmente nada.
Peleador, rabioso, suspicaz, provocador, criticón.
Asustadizo. Hipersensible a ruidos y al dolor. Ansiedad hipocondríaca (cree que todo lo enferma).
 


Cómo elegir el remedio apropiado?


Para determinar qué medicamento es el adecuado para cada persona, según los síntomas que se presenten, es necesario recurrir a una consulta médica homeopática. A través de dicho acto médico surgirá la indicación precisa, que se basa en las causas, en el desarrollo, y en las consecuencias de los motivos de consulta.
Todo puede mejorarse y equilibrarse, siguiendo la vía emocional y física, encontrándose el hilo conductor del problema y hallando la llave (o remedio curativo) capaz de abrir la puerta de salida de toda situación límite.











Texto extraído de unicistas.com.